Este era el día crucial para nosotros, en un único día teníamos que montar todo el operativo en un circuito bastante complicado para trabajar, con todo el material por ordenar, el calor, la previsión del monzón de la tarde. A primera hora de la tarde todos los días cae un monzón que parece que dan la vuelta al planeta y el agua de los mares se cae para ir a otro sitio.
Así que nada, salimos temprano del hotel, las ocho de la mañana, y cuando ibamos a salir vimos que otra parte del equipo acababa de llegar, Alvaro, Juan Carlos, el nuevo operador de cámara, Nira y Jacobo estaban intentando hacer el check in sin demasiada suerte. Tenían los mismos problemas que solemos tener nosotros al ir sin producción.
Como sabíamos que iba para largo les ofrecimos nuestras habitaciones, pero prefirieron esperar en recepción entreteniéndose con Internet y alguno que se estrenaba intentando localizar su maleta que se había perdido y que por suerte para el llego poquito mas tarde.
Salimos camino del circuito a ver que pasaba y os prometo que el día fue horrible.
Los que me conocen saben que a mi el calor me gusta y lo llevo bien, pero hasta para mi era excesivo. Nada mas llegar había que ponerse a mover el kargo que nos lo habían dejado como siempre apilado en el mcr, así que tocaba ir sacando cajas a la vez que ordenando el resto para hacer de un caos total, algo parecido a un MCR ordenadito. La verdad es que nos llevo menos tiempo del que yo esperaba y a media mañana aquello ya tenía pinta de zona de trabajo.
Cada uno nos pusimos a lo nuestro y casi sin dirigirnos la palabra unos a otros a no ser que necesitases una mano, cada uno fue ordenando todo su material.
Hay que decir que tuvimos una ayuda extra y que agradecemos a nuestro ex compañero de TV3 y que ahora a pasado a la empresa de logística que nos lleva el material, nos hecho una mano enorme al llevarnos todos nuestros bultos al commentary booth, que aquí esta lejísimos y encima en nuestro caso estábamos sin coche, así que gracias a Jonathan todo fue mucho mas fácil.
Pues eso, cada uno a lo suyo, pequeña parada para comer y a seguir con la faena. Parecía que íbamos a conseguir recuperar el día perdido.
Yo mediada la tarde tenía mucho trabajo adelantado y veía que iba a llegar a tiempo al final del día, eso si sudando como un pollo y llegando a tal punto de cansancio, agobio, falta de azucares y lucidez mental que hubo un momento que le tuve que pedir a mi compi Andres un cable y todo lo que pude decir fue si el tenía una de esas de corriente pero sin eso, sino con eso redondo y que encima le sobrase. Me miró, flipó y se dio la vuelta porque era imposible descifrar lo que le estaba pidiendo. Incluso yo mientras lo decía me daba cuenta que era incongruente lo que decía pero mi cerebro no daba para más. Me dí cuenta que era el momento de parar un rato y tomar un sobre de esos de azucares que utilizan los ciclistas para coger fuerzas. Al rato ya estaba otra vez dando guerra.
Terminando la tarde tenía todo montado, con dudas sobre tres cables que no sabía si había colocado bien o invertido pero que hasta que los overonistas no terminasen su labor no lo podía chequear y como estos llevan su marcheta overonista pues no lo podía comprobar hasta el día siguiente. Son especialistas en hacer horas y horas y mas horas; lo que ya no tengo tan claro es que todas sean productivas o muchas de ellas sean perdidas.
Total que tuvimos que estar mas de doce horas, llegamos los primeros y nos fuimos los últimos. Uno de nuestros clásicos.
Eso sí, yo lo tenía todo montado, me faltaba matizar un par de cosas pero con suerte mi día fuerte ya había pasado. El jueves sería otro día.
Así que vuelta al hotel, ducha para quitarse la pegadez que teníamos en el cuerpo y a cenar.
Yo que esperaba una cena tranquila fue de todo menos eso.
Nos fuimos a cenar tranquilos, sin ganas de pelea y aunque alguno ya lo intentó nada mas entrar no lo consiguió, no queríamos líos.
Pero nada, estaba visto que el complicado día no había terminado, al menos para mi. Cierta persona de la que no quiero dar el nombre, rubía, periodista, canaria, y con muy mala leche, empezó a meterse conmigo. Primero a gritos desde lejos y como vió que no le respondía cuando se iban volvió al ataque.
Su primer ataque fue un intento de “ace”, pero estuve atento al saque y devolví la pelota. No se lo esperaba así que no lucho por el punto. Nada quince.
A todo esto la grada se animaba y los que pensaban que iban a ver un torneo exhibición se vinieron arriba y aquello parecía la final de la Davis. Jacobo se alió a la periodista, por aquello de proximidad, mientras Alvarito sin hacer mucho ruido me echo un cable.
Siguiente saque, esta vez fue mas colocado y casi me pilla lejos de la linea, pero el arbitro determino “segundo servicio” y aquí me posicioné bien y devolví el saque con un golpe desde dentro de la pista y que le hizo daño. Nada treinta.
El publico aplaudió y yo me vine arriba, subí un poco más a la red y empecé a dominar el juego, así que me lleve el juego sin demasiados apuros.
Había roto el servicio en el primer juego, así que pensé que se terminaría el partido rápido, pero no, no fue así y tuvo su continuación al día siguiente.
Pero bueno eso será otro día.
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