sábado, 2 de abril de 2011

Martes 29 / Miércoles 30 de Marzo de 2011.

El martes yo continuaba mi marcha por tierras australianas. Esta vez cogía un avión con destino a Sydney. Mi siguiente destino donde pasar unos días.

Fue la jornada fue tranquila. Por la mañana coger el avión a Sydney. Llegado allí recoger las maletas y shuttle al hotel. Llegada al mismo, check in y búsqueda de una lavandería donde poder lavar la ropa. Encuentro dos, una “do it yourself” a buen precio y otra en la que te lavan la ropa, la secan y la planchan todo por unos 20 aus$. La verdad es que es un buen precio para la cantidad de ropa que tenía y encima te olvidas de poner la lavadora, esperar a que termine, la secadora y luego perder tiempo planchándola.

Así que opto por el plan vago y lo dejo todo. El precio me parecía justo.

A eso de las cinco de la tarde me doy cuenta que no he comido asi que me pongo a buscar algo para comer. Me pongo a caminar y llego al centro de la ciudad, asi que me sirve para comer y ubicarme dentro de la ciudad. Este seria mi faro.


Mi hotel esta en Kings Cross, zona alta de la ciudad, cercana al centro. Barrio de mucho ambiente nocturno con varios sitios de comida rápida y mucha zona de ocio nocturno. Me da que la noche aquí tiene que ser entretenida.

En el centro como algo  y aprovecho a dar un pequeño paseo hasta que anochece para regresar al hotel a cenar y descansar porque quiero aprovechar bien los siguientes dias.

El miércoles amanece tempranito. A eso de las siete de la mañana ya estoy despierto y sin despertador. Ducha, dejar todo recogido y con el mapa que me han proporcionado en recepción empiezo la ruta prevista para el día.

Bajo al centro a desayunar, voy a tiro echo un Starbucks, nada de innovar ni perder el tiempo buscando algo especial, ya habra tiempo para eso.

El día amanece espectacular, cielo azul despejado, sol radiante, temperatura excepcional, para ir en pantalón corto y camiseta. La gente va con atuendos plenamente veraniegos y el día invita al optimismo. Parece que va a ser un buen día.

Después de desayunar empiezo a caminar por la ciudad, destino la oficina de información turística de Sydney. Además se encuentra cerca de lo mas visitado de la ciudad, el Harbour Bridge y Opera House. En el camino paro en un banco para cambiar dinero. Entro y parece de esos de peliculas de los años 60. Todo gigantesco, de mármol y estas a la espera que en cualquier momento aparezcan los gansters de la película a atracarlo. El sitio merece la pena. No me atrevo a hacer fotos porque esta lleno de seguridad y no creo que sea lo mas oportuno.

La primera parada del día es el “Queen Victoria building”. Un edificio de estilo colonial británico que sirvió de hospedaje a la reina Victoria pero que hoy esta reconvertido en un centro comercial. Y que ahora mismo esta siendo renovado por fuera.


En las afueras hay una de esas esculturas que dicen de ver. Un homenaje al perro de la reina.  Una escultura con una fuente y unas inscripciones y que como curiosidad habla. Sí, el perro habla. Una verdadera horterada.


No pierdo demasiado tiempo y continuo camino por George St hacia el Harbour Bridge. Y a mitad de camino hago una parada inesperada. Veo un Apple Store y aprovecho a colarme y a robar Internet. Es sabido que en todas las tiendas de Apple hay wifi gratuita y aprovecho la ocasión para actualizar mi Iphone con los mail de estos últimos días,  las noticias con el twitter, el feisbuk, y leo la presa española de estos últimos días para ver que ha pasado en el mundo. Poca cosa, Libia sigue igual, la radiación de Japon se sigue extendiendo, futbol y mas futbol, que si se para la liga o algo así…. Vamos que la portada de los periódicos sea si va a haber futbol o no con la que esta cayendo, entre crisis, radioactividad, guerras, terrorismo etc etc, manda webs… Cada uno tiene lo que se merece.

Bueno continuo por George St y veo carteles curiosos como estos.


Sigo hasta llegar a la zona de The Rocks. Zona antigua de la ciudad y que te puede deparar imágenes tan curiosas como estas.


Llego a donde se supone que esta la información de turismo, George St 106, y resulta que no esta ahí. Esta cerquita pero no donde me habían dicho.

Entro, pido información y me toca la poco amable del día. Una señora que me dice que a ver que quiero ver, que lo que a ella le gusta a mi no… vamos que me vende la ciudad muy bien. Menos mal que llevaba ya algo estudiado y le digo sitios que quiero ver. Se da cuenta que algo se y se limita a darme panfletos de los sitios para que yo me los estudie. Los cojo y opto por seguir mi ruta apoyándome un poco en su escasa información.

Lo primero ir a un mirador que hay cercano para el primer contacto con el Harbour Bridge y la Opera House. Sesion de fotos y me encamino al famoso puente.


Llego hasta la base del puente y veo lo enorme que es. Impresiona. Opto por atravesarlo caminando de un lado a otra porque las vistas son muy chulas y además desde el otro lado del río hay unas fotos muy chulas de la bahía.

Mientras lo cruzo veo Fort  Deninson. Es una pequeña isla en la mitad de la bahía donde llevaban a los presos mas conflictivos de la ciudad. Vamos allí tenia que estar lo mejor de cada casa. Si ya de por sí Sydney era el sitio donde el imperio británico enviaba a todo lo que no querían en su país, la isleta de Fort Deninson tenia que ser el sumun, porque allí enviaban a lo que no querían de la ciudad.


Cuando llego al otro lado, tras media hora de caminata a pleno sol las vistas son impresionantes. Llego a la zona de Milsons. Un pequeño barrio de casitas bajas y nada turístico.  Es una zona de habitantes locales. Aprovecho para comer lo clásico de la zona. El fish and chips. Muchísimo mas barato que el otro lado del río y de mejor calidad y servicio.

La verdad es que Sydney es completamente diferente a Melbourne. Es mucho más dinámica, mas variedad de gente, bastante más cara, mas rápida. Es mas parecida a una urbe europea, aquí si parece que hay stress, la gente va mucho mas su rollo es mas de ejecutivos agresivos que viven para trabajar, esa es la impresión aunque por lo visto después también saben divertirse y parar en el momento adecuado.

Aunque la comparación sea poco acertada y sin base argumental a mi Sydney me recuerda mas al estilo de vida de Madrid y Melbourne al de Barcelona, distintos pero complementarios.

Pero bueno sigamos con Milsons. Lo primero que me llamo la atención fue ver a unos chavales de un colegio jugando a rugby. En España todo el mundo juega a futbol y aquí jugaban a rugby u otras cosas, no vi a nadie jugando a futbol, chocaba.

Las vistas desde aquí de la ciudad eran distintas, mucho mas sosegadas y se podían ver los iconos de la ciudad la opera y el  puente. Te hacían que te parases a contemplar la instantánea sin prisa. Allí estuve un rato tirado en un jardín viendo la ciudad antes de emprender la vuelta.


De regreso a la City, el siguiente destino era el otro icono de la ciudad la Opera House. Monumento patrimonio de la UNESCO y que es la imagen mas representativa de la ciudad.

Aquí empezaba a cambiar el tiempo, pasábamos de un calor sofocante a ver como poco a poco se iban metiendo unas nubes que amenazaban tormenta, aguantaría?

Cruce por Circular Quay hasta la explanada de la Opera. El cielo cada vez amenazaba mas, pero de momento aguantaba. Empecé a hacer fotos y la temperatura bajaba, el cielo se encapotaba y presagiaba agua, así que aceleré mi paseo por el edificio. Pero no fue suficiente, me pillo el agua y tuve que hacer una parada obligatoria de unos cuarenta minutos mientras la tormenta descargaba. Así nos pillo a todos los que estábamos allí cerca y que nos tuvimos que refugiar en unos soportales. Estábamos de todas  las nacionalidades y todos nos preguntábamos cuanto duraría. El señor Iphone decía que cuarenta minutos y acertó.

Vuelta al edifico y seguir con las fotos. Me llamó la atención la cubierta del edificio. Pensaba que sería rugosa u ondulada, pero que bah era de azulejos cerámicos, no se como la colorearan de noche, el día que vaya lo averiguaré.

Ya dentro del edificio lo poco que pude ver me pareció llamativo. Vi la entrada y un foyer. El resto era de pago y me parecía demasiado 30€ por una visita de dos horas en la que te ponían unos videos y te paseaban por el edificio. Seguro que lo que yo quería ver no me lo iban a enseñar. Las tripas del edificio, ya sabes deformación profesional… Así que pasé y continué mi marcha.

Antes pase por el servicio y me llamó la atención el lavabo. No eran las típicas piletas sino que eran una única ondulada y muy chula. A mí me gustó.

 Atentos como tienen de bien senalizadas las obras

De la Opera House, la siguiente parada son los jardines botánicos. Ya había descargado la tormenta y el cielo volvía a ser azul.
Los jardines son inmensos, muy cuidados y para pasar una tarde entera, pero no tenía ni demasiado tiempo ni ganas de estar parado, así que me fui directamente a uno de los extremos del mismo a una zona donde hay unas vistas magnificas de la ciudad, Mrs Macquarie Chair. Alli hice unas cuantas fotos y pensé que era el sitio apropiado para la puesta de sol, pero aún faltaban mas de dos horas y no era cuestión de estar allí esperando. Quizá otro día.


El día pasaba e iba regresando poco a poco al origen de la jornada, el hotel.

Antes parada en el hospital de Sydney. Sitio de visita, mas que nada a la escultura que hay en la entrada. No para otras cosas….

En el hospital hay una estatua de un cerdo que dicen que si le tocas el hocico y pides un deseo da suerte, así que lo clásico foto típica y continuar. Justo al lado esta el parlamento australiano y la biblioteca de la ciudad.
Camino del hotel ya se veía que había terminado la jornada laboral y veías muchas imágenes como la siguiente  la gente se quitaba los tacones y la ropa de trabajo para ponerse algo mas cómodo. No es cuestión de ir sufriendo constantemente.


Para subir al hotel opte por cambiar la ruta, cruce Hyde Park y subí por Oxford Street. Es un barrio bohemio y con muchas zonas para cenar, seguí subiendo hasta Durlinghurst, otro barrio mas cosmopolita y pegado a mi zona.

Eran las siete y media de la tarde y el fish and chip del mediodía estaba ya olvidado así que siguiendo la costumbre local me fui a cenar. Cena en un restaurante italiano, para coger fuerza con un poco de pasta. El sitio estaba bien y lleno de “modernitos”.

Cena rápida, posterior ración de chocolate y al hotel a descansar. Eran las nueve de la noche y habían pasado trece horas desde que salí. Era hora de descansar y cargar fuerzas para el día siguiente.

1 comentario:

Ignigo dijo...

El paseo por el puente recuerdo que era precioso, unas vistas impresionantes, además veo que tú tambien te quedaste mirando en la parte final el patio enorme del colegio que ahi alli.

Recuerdo que habia unos cuantos campor de rugby.