sábado, 31 de octubre de 2015

GP AUSTIN – USA 23-25 OCT 2015

Sabía yo que el final de temporada iba a ser entretenido, pero la verdad no esperaba que lo fuese tanto.  Comenzábamos en Austin un periplo que me va a llevar a estar un mes fuera de casa, de USA voy a México donde será el siguiente GP, de allí iremos a desconectar unos días a Playa del Carmen en la Riviera Maya, y seguidito a Brasil a la penúltima prueba del año.

Ya el viaje a USA suele ser complicado por toda la burocracia que conlleva y en mi caso en particular porque tengo el don especial de ser bienvenido de manera personal. Siempre me hacen un par de preguntas de mi propósito de la visita. Este año no fue ninguna excepción y tuve que pasar el control de aduanas.

Una vez ya en EEUU continuamos viaje hasta Austin  y este último trayecto desde NYC fue especialmente pesado, se me hizo eterno, así que cuando llegamos al hotel me fui directamente a dormir ya que al día siguiente comenzaba la actividad nuestra en pista.
Una vez en el circuito ya empezaron a correr rumores sobre la climatología del lugar y a pesar de que ese día no hacía mala temperatura se esperaban lluvias para el resto de las jornadas. Hasta ahí todo dentro de la normalidad, pero cuando ya empiezas a escuchar que se aproxima un huracán y que existen posibilidades de que la carrera se suspenda te empiezas a preocupar. Para añadirle dramatismo a la situación empiezas a escuchar en las noticias que “Patricia” se prevé el mas destructor de los últimos años y que varias espectáculos al aire libre se han suspendido, entonces ves que la situación se complica.
Y las previsiones se fueron cumpliendo más o menos como lo anunciaban, la temperatura comenzó a bajar y la lluvia se instaló en el circuito.
Los primeros días fue bastante molesto pero al menos podíamos trabajar. De hecho el viernes a media tarde amainó un poco y nos permitió hacer una escapada a San Antonio para poder ver un partido de la NBA.


Nuestro trabajo nos permite situaciones como esta en la que aprovechando que estas en un determinado país aprovechas a ver cosas propias del lugar y en este caso fue un partido de NBA que a mi especialmente me hacía ilusión ya que no lo había podido disfrutar in situ.

Es curioso el show que se monta alrededor de un espectáculo deportivo. El diferente concepto de show que tienen en EEUU tan distinto al nuestro. En ni un solo momento deja de haber actividades para que el publico disfrute. Desde que entras ves los típicos puestos de comida, venta de camisetas, cheerleaders firmando autógrafos y sacándose fotos con todos lo que se lo solicitan, música, animaciones en pista, gradas repletas de gente entregada. Como decíamos allí en realidad lo de menos es el propio partido de baloncesto.

Eso fue un pequeño oasis dentro de la odisea que nos esperaba aún. La mañana siguiente cuando nos levantamos bien tempranito, ya estaba lloviendo con fuerza y la FP3 que debían disputar los pilotos se retraso bastante por las condiciones tan malas de la pista. Ya entonces se intuía lo que algunos ya habíamos vaticinado días antes, la qualy no se iba a poder disputar en la jornada del sábado. Eso si antes de tomar la decisión definitiva estuvimos bastantes horas de espera en busca de algún claro que permitiese que se disputase, pero no fue así y finalmente hubo que retrasarla hasta el domingo por la mañana.
A mi es la segunda vez que me pasa esto, aún recuerdo Japón 2010 donde sucedió lo mismo y en la jornada dominical se hizo la clasificación y la carrera. Este año en Austin ocurrió lo mismo.
Así que la jornada del domingo comenzó bien tempranito, salimos del hotel a eso de las seis de la mañana y en una única jornada hicimos la previa de la clasificación, la propia qualy, un pequeño break para llegar a la previa de carrera, el Gran Premio y el post. Una maratoniana jornada que acompañado por la cola del huracán Patricia hizo que fuese una jornada muy larga y muy complicada para todos nosotros.

La carrera en sí no fue de las peores del año, hubo varias luchas en la cabeza de carrera y en lo que se refiere a los pilotos españoles Carlos Sainz volvió a demostrar lo bravo piloto que es y después de sufrir un percance en la sesión clasificatoria salió a carrera desde el último lugar para llegar al final de la misma en sexta posición.

El gran protagonista de la carrera y del día fue sin duda Lewis Hamilton que conseguía su tercer título de campeón del mundo de pilotos.


Lewis ha demostrado ser un piloto muy peculiar fuera de la pista con un modo de vida peculiar, pero cuando se pone el mono y se sube al coche es un verdadero killer. Como decía su jefe de equipo Totto Wolf, mientras el piloto sea rápido en carrera lo que haga fuera de los circuitos le da igual, que disfrute de la vida que es joven.

Pero la persona verdaderamente especial e importante para el equipo de Movistar+ este GP era nuestra compañera María Serrat.
Nuestra Marieta nos abandonaba esta carrera por circunstancias personales que le llevan a emprender otro proyecto de vida muy importante así que tocaba hacerle la despedida que se merecía. Durante las últimas semanas estuvimos preparando un video de despedida con el objetivo de agradecerle el trabajo que ha realizado con nosotros y cuando estábamos a punto de terminar el último de nuestros programas desde Austin le sentamos en nuestro set para mostrárselo.
Fue entonces cuando al ver el video absolutamente todo el equipo “caímos” en una descomunal llorera de emoción. No hubo ni uno que no lo hiciese y eso que al principio todos intentábamos mantener el tipo pero las emociones fueron más fuertes y todos sucumbimos. Comentaba Jose uno de nuestros EVS que en el control estaban en absoluto silencio y cuando el intentando aguantar el lloro miro a su alrededor y vio a todo el mundo llorando dijo “pues nada barra libre a llorar”.


Es en situaciones como esta te das cuenta de una de las muchas peculiaridades de nuestro trabajo. Somos como una familia. Tantos días fuera de casa, en situaciones tan variopintas de alegría, tristeza, estrés, nervios, risas, enfados,  hace que se creen vínculos muy especiales. Es cierto que no con todo el mundo te llevas de la misma manera, pero a todos les consideras como parte de esa familia tuya que va viajando por el mundo y con la que pasas mas de doscientos días.  Es lógico que estas situaciones se vivan con especial emoción.

Como ya le dije a ella, a María no me queda más que darle las gracias por su enorme profesionalidad y por las facilidades que a mi me ha dado trabajando y fuera de la pista. Siempre ha estado ahí cuando le pedias cualquier ayuda, o esas miradas cómplices en las que sin hablarnos sabíamos lo que queríamos decir y nos partíamos de risa. Esas carreras en el grid buscando la entrevista y esos choques de mano después de conseguir nuestro objetivo.
En definitiva multitud de situaciones que me ha demostrado que además de grandísima profesional es incluso aún mejor persona. Solo me queda volverle a darle las gracias, desearle lo mejor y esperar que nos volvamos a encontrar mas pronto que tarde. Ya le dije que le íbamos a echar mucho de menos y mientras escribo estas líneas ya te puedo decir María que al menos yo ya te estoy echando de menos.

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