miércoles, 16 de abril de 2014

15 Abril 2014 - Y te lo querías peder.


Y para empezar una de esas aventuras que habitualmente suceden y que en el momento no te hacen nada de gracia, pero que con el tiempo hacen que te rías.
El lunes comenzaba mi primer trayecto saliendo de Eibar con destino Shanghai. La ruta prevista me debía de llevar primero a Barcelona, luego Doha y terminar en China. Pero eso hubiese sido lo fácil, para empezar mejor tener una aventura.
Salí de casa a las 0530 de la mañana, primer destino aeropuerto de Loiu. Llegar, facturar y a pesar de que el billete era conjunto me dicen que mi maleta solo va hasta Barcelona y allí tengo que volver a facturar hasta el siguiente destino. Cosa que me parece rara pero era demasiado temprano para ponerme a pelear así que le compro la moto y cuando llego a Barcelona recojo mi equipaje y me voy al siguiente mostrador a facturar.
Cuando llego me cogen la maleta y ya me avisan que va a tener una hora de retraso el vuelo, vamos lo que se dice empezar con buen pie; pero vamos que es una hora en un viaje previsto de mas de veinte.
Hago tiempo por el aeropuerto y cuando llega la hora de embarcar me encuentro que el realizador de nuestro equipo viaja en el mismo vuelo que yo. En un principio me habían dicho que viajaba yo solo, así que encontrar gente conocida es una alegría.
Al realizador, Albert Palau,  le conocía del Campeonato del mundo de natación BCN2013, así que nos empezamos a contar las casualidades que han hecho que volvamos a coincidir en otro evento.
A esto que llega la hora del embarque, accedemos al avión y una vez sentados nos dicen que el vuelo va a sufrir otro retraso de una hora por una avería en el avión que los ingenieros están intentando solventar. Cosa que da gran confianza….
Total que el retraso se va acumulando y pasa ya de las tres horas, con lo cual nuestro enlace con el siguiente vuelo lo empezamos a dar por perdido.
Poco antes de despegar nos informan que nuestro enlace efectivamente lo hemos perdido y nos dicen que tendremos que quedarnos 24 horas en Doha hasta el vuelo del día siguiente. Cosa que a ninguno de los dos nos hace nada de gracia porque al ser el primer gran premio en el que nos incorporamos ambos queremos llegar y empezar a empaparnos de toda la nueva infraestructura.
Así que le comento la situación al personal de tierra y me dicen que intentaran buscarnos alguna solución de la que nos informarán en el transcurso del vuelo.
Pasa el vuelo y nos comunican que no existe ninguna alternativa, que una vez en Doha nos comunicarían nuestro plan.
Así que llegamos a Doha y tras explicarles nuestro “problema” a la gente de allí nos dan otra alternativa, que es en vez de volar directamente a Shanghai, hacerlo primero a Seoul y de allí a Shanghai, cosa que aceptamos sin pensarlo. No nos apetece nada pasar un día entero en Doha con la de cosas que tenemos que hacer en China.
Así que después de aceptar esta opción nos montamos en el avión y ambos hacemos el mismo comentario; Nosotros llegaremos pero lo que no está nada claro es que nuestras maletas lo vayan a hacer. Es prácticamente imposible que con los cambios y ese viaje a Korea de última hora, nuestro equipaje llegue a la vez que nosotros.
Una vez en Seoul, lo primero que hacemos es entrar ilegalmente en el país ya que al ser un transito nos dicen que no tenemos que rellenar la documentación de inmigración, pero cuando aterrizamos nos la hacen pasar, así que le decimos al personal de tierra que nos acompañaba y nos dice que pasemos por el lateral sin pasar el control; Albert y yo nos miramos y decididos pasamos por el lateral.
Nos debieron de ver tan seguros que nadie nos dijo nada. Allí hicimos los tramites pertinentes y embarcamos en nuestro último vuelo del día y aterrizamos en China dos horas después.
Allí nos esperaba un transfer que tras otra hora de carretera nos dejaba en nuestro hotel. Eran entonces las 2330 horas del martes.
Ahh y por cierto, aunque parezca increíble nuestro equipaje llegó a la vez que nosotros.

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