Una vez más y
después de más de seis meses dando vueltas por el mundo llegamos al último GP
de la temporada, donde se iba a decidir en la última carrera el título de
campeón del mundo. Todo apuntaba a que iba a ser una semana especial, como así
fue por un montón de circunstancias que se dieron.
Ya en el
aeropuerto de salida en Bilbao comenzaron las odiseas que íbamos a sufrir todos
con las líneas aéreas. Al ir a facturar al mostrador de Iberia el personal de
tierra me dice que no puedo embarcar mi equipaje hasta destino y que tengo que
recogerlo en Madrid y volverlo a facturar. Le indico que no, que es billete
único y que tiene que ir a destino, pero como ya he comentado en ocasiones
anteriores, el personal de tierra de Iberia del aeropuerto de Bilbao es además
de bastante incompetente, bastante maleducado y después de discutir un tiempo
me doy por vencido y como tengo una escala más o menos amplia decido
refacturar, eso sí dando antes un buen palo vía twitter a la compañía quienes
en menos de cinco minutos se ponen en contacto conmigo para que les explique lo
sucedido y me ofrecen una ayuda que ya llega tarde.
Cojo más de
sesenta vuelos al año y con diferencia el aeropuerto donde más pegas ponen
siempre es el de Bilbao, siempre hay algo que no les cuadra y el 80% de las
ocasiones no tienen razón. En breve llegaran a las posiciones altas del ranking
de peores aeropuertos del mundo. Creo que no les vendría nada mal una auditoría
para ver la valoración de los viajeros y además así verían de primera mano el
trato que el personal de tierra dispensa a los viajeros.
Esta no iba a
ser la única odisea con compañías aéreas como más tarde veremos.
El siguiente
trayecto no tuvo excesivos problemas y conseguimos llegar a Abu Dhabi al día
siguiente después de más de veintiún horas de viaje. Directos a comer para
recargar fuerzas y comenzar con la actividad cotidiana en los circuitos.
Este GP ha
sido uno de los que más celebraciones delante de una mesa hemos tenido. Hemos
hecho las cenas habituales y le hemos añadido el cumpleaños de nuestra
compañera Silvia, una cena para hacer una valoración de la temporada con los
responsables de MovistarTV, cena de despedida con los treinta y cinco miembros
desplazados a los circuitos, alguna cena con otra gente del paddok etc. Lo que
ha hecho que pasemos bastante tiempo juntos a modo de despedida, donde ha
habido de todo; risas, recuerdos de anécdotas, confidencias, bromas y alguna
que otra lagrima.
Pero no todo
han sido celebraciones, también tocaba trabajar y a diferencia de Brasil de
donde veníamos de sufrir bastante, aquí en Abu Dhabi las instalaciones ayudaban
a hacer cosas bonitas y resultaba el trabajo más sencillo. El único hándicap
con el que nos encontramos era la
temperatura, ya que al estar en el desierto el calor era sofocante y nos
obligaba a estar hidratándonos constantemente. Esto hizo que se diesen
anécdotas del tipo de tener que meter por una puerta simple una nevera doble, a
la que le costo llegar ya que en un principio no había, luego la conseguimos
por otro lado y no paso el filtro de la entrada al tvcompound, después nos lo
permitieron pero no entraba y después de hacer mil maniobras conseguimos que
entrase y así tener bebida fría toda la semana.
Y como no,
desde realización nos iban poniendo retos para terminar la temporada en todo lo
alto. Alguno de ellos que hace unas carreras era de los más complicados se ha
convertido en rutinario y con un mail de solicitud y una reunión con la persona
indicada se podía llevar a cabo. Otros como los de conseguir unas imágenes de
las que no disponíamos se lograban gracias a la antigüedad o más bien veteranía
que como en todos los casos siempre es un grado. Conocer a la persona adecuada
y que te conozcan siempre es muy importante.
También se
notaba que era final de temporada y todo el mundo estaba mucho más distendido y
salvo momentos puntuales todo eran facilidades, risas y bromas. He de agradecer
la amabilidad de McLaren esta carrera ya que en una ocasión tomamos
literalmente la terraza de su hospitality y desde su departamento de prensa no
solo pusieron mala cara sino que nos ayudaron.
El ambiente
relajado también se notaba en el paddok, veías a la gente sonreír, nos íbamos
preguntando por nuestro futuro, de algunos te despedías hasta pronto, a otros
les deseabas suerte en sus nuevos proyectos, a otros les animabas en su
incertidumbre. Aprovechabas para agradecer a la gente sus colaboraciones y/o
favores.
También pasaba
que en cuanto te descuidabas un poco podías ser victima de algunas de las
bromas que se iban sucediendo. En esta ocasión los “chicos malos” del paddok
fueron los integrantes del equipo Lotus, quienes con una caña de pescar y una
culebra de plástico hicieron que más de uno tuviesen que pegar un salto y se
llevasen un buen susto. Todo de muy buen rollo.
También
nosotros aprovechamos para hacernos un montón de fotos con los que hemos estado
durante al año haciendo las distintas partes que componen nuestro programa. Por
ejemplo el equipo que grabábamos todos los circuitos el comentario técnico de
la vuelta al circuito. Estas vueltas a
los circuitos me han servido para poder verlos de otra manera y conocer
aspectos técnicos de primera mano de un piloto y de un director de equipo. Es
impresionante la de cosas que se pueden aprender.
Pero sin duda
alguna el meollo de esta carrera iba a estar una vez terminase la última
carrera y supiésemos quien se proclamaba campeón del mundo este año. Aquí
comenzaba una guerra despiadada por obtener las mejores imágenes, las mejores
declaraciones, las imágenes que nadie ve, y estar en el sitio justo en el
momento adecuado.
Ya desde cinco
vueltas antes de que terminase la carrera estábamos una enorme cantidad de
gente esperando a que nos abriesen la puerta para como toros salir en manada a
obtener “la imagen” de la jornada. Te encontrabas al típico fótero que te decía
que ahí no podías estar, los que ya empezaban a calentar metiendo el codo, y
los nervios típicos. Aquí todo vale y devoras o te devoran así que te haces
fuerte en un sitio y a por tu objetivo.
En nuestro
caso gracias al gran despliegue que teníamos pudimos estar en varios sitios a
la vez y creo que pudimos mostrar todo lo que sucedió en el podium, en las celebraciones,
en algún que otro funeral que se dio, obtener declaraciones de gran parte de
los protagonistas y realizar un gran trabajo.
La gran
celebración fue la de Mercedes quienes obtuvieron el título de constructores y
el de pilotos con Lewis Hamilton además del subcampeonato con Nico Rosberg.
Pudimos vivir la celebración desde dentro del garaje del equipo hablando con
los protagonistas. He de reconocer que desde el equipo nos facilitaron mucho el
trabajo y no nos pusieron pegas para movernos dentro del box. Al principio a
una parte de nuestro equipo no le permitieron entrar pero hablar con la persona
adecuada nos permitió tener hasta tres cámaras dentro de la celebración.
También
estuvimos presentes en la despedida de Fernando Alonso de los integrantes de la
scuderia Ferrari. Aquí no había tanta fiesta, más bien todo lo contrario pero
el asturiano recibió el merecido homenaje de su equipo y el equipo recibió las
alabanzas del piloto.
Aún recuerdo
la primera celebración de este tipo que viví junto a mi compañero Alvarito,
donde entre los dos tuvimos que “pegarnos” con todas as adversidades que se nos
iban dando. Hoy ya la he podido vivir de una manera un poco más normal y aunque
mi amigo Alvarito estaba con otra empresa ha habido algún momento que hemos
compartido y a pesar de que él era quien tenía la exclusiva de ciertos
acontecimientos hemos podido compartirlo siempre respetándonos cada uno nuestro
momento.
Y así terminó
deportivamente la temporada 2014 de F1, mi tercera temporada. Quien me lo iba a
decir a mí hace unos años.
Pero en todas
las temporadas siempre hay algún viaje que se complica más de lo esperado y da
pie a la aventura de la temporada. Mi primer viaje ya fue un poco especial ya
que para llegar a China aparecí en Seoul y de ahí llegue a mi destino final.
Pero lo cierto es que no fue demasiada aventura. La verdadera se dio cuando
pensaba que todo estaba hecho y que es regreso a casa iba a ser de lo más
placentero.
Nunca puedes
bajar la guardia porque Murphy tiene siempre el arma cargada para aparecer
cuando menos lo esperas, y así sucedió.
Después de la
dura jornada de trabajo del domingo llegamos al hotel y cinco horas después
partíamos al aeropuerto para ir a casa. Hacer la maleta, recoger las cosas,
dormir un ratito, ducha y al aeropuerto a coger un avión y poder dormir todo el
trayecto.
Llegamos al
aeropuerto y ya desde el principio se vio que todo iba a salir mal. En el
trayecto en coche había una densa niebla que hacia difícil la conducción.
Llegados al aeropuerto no había ni una sola indicación de donde estaba el
parking de devolución de coches de alquiler. Unos pequeños carteles casi
imposibles de ver hicieron que tuviésemos que dar alguna vuelta más de la
necesaria.
Mientras unos
dejábamos los coches, otros iba a aduanas a pasar el control del material que
llevábamos, y de ahí a sacar la tarjeta de embarque de nuestro vuelo que nos
llevaría a Madrid vía Roma con Alitalia, rápidamente ya que nos habían dicho
que el vuelo tenía overbooking y no nos queríamos quedar en tierra. Una parte
del equipo sacó sus tarjetas de embarque sin problemas pero cuando nos toco el
turno a algunos de los que faltábamos nos dijeron que se acababa de cerrar el
embarque porque el vuelo tenía demora y no nos daban tarjetas de embarque. Que
volviésemos pasada una hora y ya nos informarían.
Ya nos pareció
sospechoso pero de allí no nos movimos. Eso a pesar de que nos insistían que
desalojásemos el mostrador cosa que les dijimos que por supuesto no íbamos a
hacer. Así que se empezaron a poner nerviosos, pero nosotros de allí no nos
movíamos hasta que supiésemos que estaba pasando. Más raro aún resultó cuando
pasado un rato insistían en que desalojásemos y allí se empezó a acumular
gente. De repente empezó a aparecer gente con aguas y zumos lo que ya nos dio
que pensar que aquello no era un simple retraso, que era algo más.
Como se
empezaba a acumular mucha gente y no se sentían nada cómodos con el tumulto que
se estaba formando decidieron abrir el mostrador de facturación y darnos
tarjetas de embarque diciendo que el vuelo sufría un retraso de dos horas pero
que saldría. Allí ya vimos que nuestro siguiente enlace de Roma a Madrid lo
perdíamos y empezamos a hacer planes (optimistas visto lo visto) de donde cenar
esa noche en Roma, el Trastevere era el sitio escogido.
El retraso se
seguía acumulando y pasamos a que nos ofrecían desayuno gratis en los
restaurantes de la terminal, lo que nos seguía haciendo pensar que aquello iba
para largo. Los sitios empezaban a escasear y si pillabas una mesa no la
soltabas por nada del mundo. Estábamos todos muy cansados y veíamos que aquello
iba para largo.
El humor no lo
perdíamos y teníamos claro que no te podías despistar ni un momento porque
enseguida había alguno al que se le ocurría una maldad y mil cámaras de fotos
dispuestas a reflejarlo.
Las horas
pasaban y ya incluso nos ofrecían la comida gratis. Empezábamos a pensar que
nuestra cena en el Trastevere empezaba a peligrar.
Nos habían
indicado otro retraso hasta las 16:30 con lo cual yo decidí irme a comer algo.
Y justo cuando iba a ponerme en la cola para pedir la comida me cruzo con uno
de los jefes que me dice que le han informado que nuestro vuelo esta cancelado.
Le digo que no, que está retrasado pero el dice que les han dicho que esta cancelado.
Así que nos vamos a ver si alguien nos informa que esta pasando. Ya de primeras
Alitalia no tiene mostrador en el aeropuerto y nos mandan al genérico de la
terminal. Nos encontramos con una tía que nos intenta tomar el pelo diciéndonos
que no pasa nada a lo que le decimos que un retraso de mas de cinco horas no es
normal así que nos dice que llamemos por teléfono a la compañía y que nos
informarán. Se empieza a notar el nerviosismo en la gente y nos vamos a un
mostrador que nos indica la chica que nos emitió la tarjeta de embarque que vio
que preguntábamos mucho y que respuestas genéricas no nos valían, así que
cuando se vio un poco acorralada nos mando a pedir explicaciones a otro sitio.
Fuimos al mostrador que nos había dicho y resulta que estaba dividido en tres
así que nos dividimos uno en cada uno, y como no resultó que después de esperar
un buen rato el nuestro era el otro. De nuevo a esperar cola hasta llegar a
primera línea donde nos intentan despachar como al resto que nos precedía con
un vuelva usted más tarde. Ya me empieza a cansar que me mareen y le digo que
de allí no me muevo hasta tener una explicación y una solución. Insisten en que
me mueva pero cuando ven que de allí no me muevo y los que están detrás mío
empiezan a gritar, las llamadas de teléfono se multiplican. Pasado un rato me
dicen que coja las tarjetas de embarque de nuestro equipo y los pasaportes y
que vaya a la puerta tres que allí me darán una solución.
Carrera hasta
allí para ser el primero. Una vez en la puerta nos meten a todos en la zona de
embarque con el objetivo de apartarnos del mostrador de información de la
terminal donde ya empezaban a haber más que palabras. Y una vez allí vuelve la
tomadura de pelo; que si no esta cancelado, que es un retraso, que el vuelo
saldrá al día siguiente, que nos vayamos y volvamos al día siguiente, que nos
dan comida gratis etc etc. Mi compañera Alex y yo nos empezamos a enfadar y les
decimos que de allí no nos movemos hasta que nos digan que esta cancelado el
vuelo, ya que si lo denominan demora nos
obliga a estar allí todo el día porque al igual que lo retrasan hasta el día
siguiente lo pueden adelantar sin previo aviso y si no te encuentras en el
aeropuerto has perdido el vuelo. Así que exigimos que nos digan que es una
cancelación o nos den una solución. El nerviosismo de la gente va en aumento y
ya empiezan los gritos, empujones y las descalificaciones. Aquello tiene muy
mala pinta y lo peor de todo Alitalia no muestra el más mínimo interés en darle
una solución coherente. Hasta el punto que nosotros contactamos con nuestra
agencia de viajes de España y nos dicen que a ellos les sale que estamos en
vuelo y a la hora de intentar contactar con Alitalia no les cogen el teléfono.
Nosotros
seguimos exigiendo hablar con un responsable y al principio siguen dándonos
largas pero al ver que no cedemos y que somos duros de pelar nos traen a un
responsable para que nos ayude.
Le explicamos
de buena manera lo que esta sucediendo y exigimos que nos den una solución
inmediata. Al principio Robert, que así se llama el responsable, nos dice que
no puede hacer nada, pero cuando le decimos que somos un grupo amplio y
exigimos nuestros derechos empieza a hacer llamadas y nos ofrece reubicarnos en
otros vuelos para poder salir de Abu Dhabi sin esperar al día siguiente.
Ya parece que
empezamos a entendernos, pero los ánimos del resto de pasajeros siguen muy
caldeados e incluso empiezan a haber altercados y aparece la policía. A
nosotros nos ofrecen distintas alternativas y finalmente elegimos la que mejor
nos parece. Unos saldrán a Barcelona esa misma tarde y nosotros volaremos a
Madrid directamente desde Dubai a donde nos llevaran en un taxi y nos
reubicaran en otra compañía, en Emirates.
Nosotros hemos
conseguido nuestro objetivo, pero hay muchísima gente a la que le toman el pelo
y les tienen tirados en el aeropuerto más de 24 horas. Así se las gasta
Alitalia, una compañía muy poco seria y que no hace nada por sus pasajeros a no
ser que sean unos tocapelotas como nosotros que sabemos nuestros derechos y los
exigimos. En todas las horas que estuvimos allí no obtuvimos ninguna
información oficial de la compañía, todo eran balones fuera y cortar las lineas
de comunicación con la compañía. No funcionaban ni las líneas telefónicas, ni
la web, ni twitter ni nada. La atención al cliente deja mucho que desear.
Tuvimos que
esperar un rato más que nos dio para hacernos fotos de lo mas variadas que
íbamos colgando en las redes sociales a modo de denuncia.
Comparar
Alitalia con Emirates es como comparar el infierno con el cielo. Con Alitalia
eran todo problemas y malos modos. Con Emirates todo lo contrario. Mil
facilidades. Nos ubicaron en los sitios que les pedimos, nos dieron salidas de
emergencia en el avión, nuestro equipaje llego hasta el destino final sin
complicaciones, y además gracias a los puntos acumulados que teníamos con su
programa de puntos pudimos acceder a su Emirates lounge, donde nos trataron con
todo lujo asiático. Pudimos cenar caliente, brindar con una copa de champagne
después de toda la odisea, y dormir unas horitas hasta que llegó la hora de
embarcar en nuestro vuelo.
Nuestro último
vuelo del año que nos llevaba a casa, donde aterrizábamos en mi caso 40 horas
después de haber dejado el hotel de Abu Dhabi.
Y a pesar de
toda la odisea conseguimos hacernos la foto de despedida final con estas caras
de satisfacción.
Llegábamos así
al final de la temporada. Temporada de debut para algunos y la tercera para mi.
Completamente distinta a las anteriores y en la que me he encontrado muy a
gusto con todo el equipo que hemos formado y que nos ha permitido pasar muy
buenos momentos, reírnos mucho, conocer gente muy interesante, tener momentos
de “tierra trágame”, pero en general con un balance más que positivo. Muy
orgulloso del equipo y del trabajo que hemos realizado.
Ahora después
de 157.180 kilómetros, 58 vuelos, 147 días fuera de casa y mas de 1373 horas de
trabajo, toca llegar a casa y descansar. Coger fuerzas y en breve empezar a
preparar la temporada que viene.
Espero que el
próximo año sea al menos igual de interesante y productivo que ha sido este y
que todos podamos dar un pasito más y poder seguir mostrando en MoviStar
la Fórmula 1 como nunca antes la
habías visto.
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