Por fin llegó
el parón de mitad de temporada. Estábamos todos ya con las baterías un poco
justas y necesitábamos coger fuerzas para la segunda parte de la temporada.
Seguido de
Alemania nos íbamos a Hungría. Algunos pasaban por casa un par de días pero a mi
me tocaba volar directo a Budapest para poder organizar la logística de nuestro
estudio móvil.
Llevaba ya
unos días luchando con el host húngaro para conseguir un sitio con unas vistas
más o menos decentes para poder hacer
nuestros programas. Pero ya me habían advertido que lo iba a tener complicado y
así fue. A pesar de intercambiar correos pidiendo una posición concreta desde el host me respondían que había
prioridades más importantes que las nuestras y que intentarían hacer lo
posible, vamos que nos estaban por la labor.
Total que
cuando llegué al circuito me encontré con la sorpresa ya esperada. Nos habían
asignado el peor sitio posible. No solo eso, sino que cuando llegué recibí una
charleta por parte del responsable de
FOM. Estuvimos intentando dialogar y llegar a un acuerdo bueno para las dos
partes pero no fue posible. Ambos entendíamos los argumentos del otro pero no
hubo acuerdo. Así que nos quedamos con la posición que se nos había asignado.
Todos los compañeros de otras teles que pasaban por allí me comentaban que como
era posible que nos hubiesen asignado esa localización, nadie entendía nada.
Bueno sí, lo entendían en cierto modo.
En vista que
esa batalla estaba perdida comenzamos el montaje de nuestro set y como todo lo
que va mal puede ir peor comenzó una gran tormenta que dificultó el montaje y
que hizo que nos calásemos hasta los huesos. Además en mi caso no iba con el
calzado adecuado y estaba empapado desde los pies hasta la camiseta, igual que
si me hubiesen tirado a una piscina, así que cuando estaba todo más o menos
organizado me fui al hotel a ducharme y cambiarme de ropa.
Antes de eso
me dió tiempo a darme algunas vueltas por el paddok donde la actividad era
frenética. Toda la infraestructura de los equipos había viajado por carretera
desde Hockenheim hasta Hungaronring, 955kms que había que hacer por carretera.
Todo salía de Alemania el domingo por la noche después de recoger y tenía que
llegar lo antes posible a Budapest para poder montarlo con tiempo.
Normalmente
los lunes el montaje suele estar muy avanzado y el martes está casi concluido
para que los equipos puedan trabajar con calma. En este caso el equipamiento no
se pudo empezar a montar hasta el martes con lo cual la actividad era
incesante. Pasabas a primera hora y veías como había huecos donde instalar los
camiones y los hospitalities. Pasabas dos horas después y veías el trabajo
avanzado y al final de la jornada era increíble ver como había avanzado todo.
Visto desde
fuera era como una perfecta coreografía de camiones haciendo maniobras con una
precisión milimétrica, gente perfectamente organizada, grúas que parecía que
bailaban, movimientos totalmente estudiados, containers que sobrevolaban
nuestras cabezas y que encajaban como si estuviesen jugando al tetris.
La verdad es
que es un espectáculo digno de ver y que intentaremos mostrarlo en alguno de
nuestros siguientes programas. Ver como el trabajo bien organizado, con
personal cualificado y con las herramientas necesarias puede construir una mini
ciudad en un par de días.
El resto de
días fueron más o menos normales. Incluso se puede decir que fueron mejor de lo
previsto. Yo creía que como íbamos ya con las fuerzas justas, dos GPs seguidos,
condiciones climatológicas duras (mucho calor en Alemania, agua los primeros
días de Hungría y de nuevo mucho calor en Budapest) y sobre todo con el
personal con las vistas puestas en las vacaciones, esta iba a ser una carrera
más complicada de lo que finalmente resultó.
Incluso hubo
momentos de relax. Tuve la sensación que teníamos más tiempo libre que otros
días. Aunque finalmente más o menos llegábamos al hotel a la misma hora.
También es cierto que estar en una ciudad como Budapest hace que aunque lo que
más te apetezca es quedarte en el hotel a descansar, te obligues a salir a dar
una vuelta y conocerla para los que la visitan por primera vez y los que ya
hemos estado anteriormente vayamos a sitios de los que guardamos buenos
recuerdos.
Es increíble
como es el cerebro. Yo llevaba un par de años sin visitar la ciudad pero fue
poner un pie en el centro y empezar a recordar sitios, calles, restaurantes que
parecía que vivía allí.
Así visitamos
la zona centro, el puente de las cadenas, recordaba edificios concretos, llegué
incluso sin querer a la basílica y su enorme y hermosa plaza, llegamos sin
perdernos a un restaurante en concreto para poder cenar muy a gusto etc etc.
También me
deje aconsejar por gente que también había estado allí en más ocasiones y
fuimos a probar un restaurante japonés que resultó ser exquisito. Tan bueno
resultó que en mi caso fui en dos ocasiones. He de reconocer que es uno de los
mejores japoneses en los que he estado últimamente.
Y así
transcurrió la semana, cansada pero divertida. Con momentos de risas (muchas) y
momentos de querer estrangular a alguien. Al final prevalecen los buenos
momentos y te quedas con los grandes compañeros y amigos que tengo. Si no fuese
porque nos llevamos muy bien, este trabajo sería muy duro.
No están ni
mucho menos todos en la foto y si empiezo a citarlos seguro que me dejo a
alguno así que solo espero que en la segunda parte de la temporada sigamos
haciendo piña y podamos seguir pasándolo bien, riéndonos, vacilándonos, y
disfrutando de esta aventura. Todo el mundo que venga a aportar será bien
recibido. Incluso los que merezcan dormir en el felpudo ;-) jijijijijijijiji
Ahora tocan
unos días de descanso para recargar fuerzas.
Queda la segunda
parte de la temporada que en mi opinión es más difícil que esta primera, sobre
todo porque tocan viajes muy lejanos, el cansancio se sigue acumulando y como
la temporada se irá poniendo más interesante también se nos exigirá más como es
normal.
Así que a
descansar y nos vemos a finales de agosto en Bélgica (tierra de grandes
chocolates jejejejeje)
1 comentario:
Hola, que bueno volver a verte en la F-1. Aunque hace ya algunos post que me he enterado no he podido comentar hasta hoy.
Lo del montaje es espectacular, creo los que hemos hecho camping alguna vez lo entendemos y valoramos hasta el más mínimo detalle.
Respecto del post de Alemania decirte que a mi me pasó lo mismo con la ORA, pero aquí (Galicia). En las ciudades es de pago, pero en muchos pueblos se está imponiendo el "modelo alemán" y ya es habitual. Sin embargo la primera vez que me encontré con ello también flipé, incluso hay empresas que regalan unos discos para poner la hora de llegada con su publicidad.
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