martes, 27 de mayo de 2014

GP Mónaco - 25 Mayo 2014



La parada de esta semana del circo de la F1 era el glamoroso Mónaco. El Gran Premio por excelencia de la temporada. El clásico en el calendario de la Fórmula 1, la carrera que todo piloto quiere ganar y que tiene que ganar si quiere pasar a la historia de esta competición.

Una carrera especial, muy bonita para ver pero muy complicada para todos los que tenemos que trabajar allí. Desde los medios que cubrimos el campeonato, equipos, logística, incomodidades para los monegascos; es el peaje que hay que pagar para que esta carrera tenga una audiencia media histórica de 200 millones de espectadores en todo el mundo. 


Para mi esta carrera suponía un examen bastante importante en mi nuevo cometido en el equipo de MovistarTV.

Para empezar recogía mi acreditación permanente. Ese preciado objeto que dependiendo del color que sea te da más o menos accesos. En mi caso tengo una de las “pata negra”, con acceso a multitud de sitios. Me falta alguno, pero nada que no se pueda solucionar con una solicitud puntual y justificada, aunque con lo que tengo me vale y me sobra.

Con esto colgando del cuello ya te puedes empezar a mover por el circuito, en este caso por la ciudad.
Mi llegada a Mónaco fue el domingo por la noche, ya que durante la mañana del lunes tenia que hacerme cargo de aparcar nuestro camión-set en el espacio minúsculo que nos habían asignado en el TVCompound.

El camión llegó un poco mas tarde de lo previsto y por parte de algún miembro de la FOM hubo algunos nervios, que se acrecentaron cuando les dije que había sucedido un imprevisto y necesitábamos hacer algunos cambios, a lo que su respuesta fue “ese es vuestro problema y no el mío. Yo os asigné un sitio y es lo que hay”. Básicamente tenía razón, pero un poco de flexibilidad tampoco hubiese estado mal. Así que tuve que apremiar al conductor a que lo metiese en el hueco que nos habían dejado y luego ya haríamos magia.

Al citado hueco le faltaban 40 centímetros de ancho para poder desplegar las petacas y estábamos condenados por unas casetas ya instaladas y la valla que delimitaba el perímetro del TVCompound y que nos separaba de la zona de almacenaje y cocinas del paddok club, que es el servicio de catering para los invitados de lujo de la carrera.

Mover las casetas era inviable y mover la verja era bastante complicado pero a la vez era la única opción viable. Así que tocó investigar quien era el responsable y pedir un favor. 

Allí había unos trabajadores a los que les hice un primer sondeo explicándoles cual era el marrón que teníamos.  Cuando llevaba ya un rato dando todo tipo de explicaciones y poniendo cara de buena persona para ver si me podían mover todas sus cocinas y equipamiento, lo cual era un autentico marronazo para ellos, aparece otra persona que se pone a escuchar y me dice en castellano; “menudo marronaco tienes no?”. Esa era la realidad, pero que el no podía hacer nada más que consultárselo a su jefe. Así que me puso en contacto con su jefe, un alemán que por lo que me dieron a entender era duro de roer.
Al rato llegó el alemán, le volví a explicar mi problema y sorprendentemente no me hizo falta insistir.

Me dijo que me movería la valla los 40 centímetros que necesitaba, pero que necesitarían un ratito.

Total que vi el cielo y conseguí el espacio necesario para poder desplegar nuestro estudio.

Al rato pasó el responsable de FOM a ver como íbamos y cuando vio el camión desplegado me pregunto que como lo habíamos hecho, a lo que mi respuesta fue una de esas frases celebres de otro antiguo compañero; “haciendo magias”. Este se empezó a reír y su frase fue la de “Mónaco es un sitio para hacer magia”. No creo que tenga muy claro cual fue el truco que usé, pero por lo menos conseguí mi objetivo.

Con la satisfacción del deber cumplido terminé mi jornada y me fui a cenar con mis antiguos compañeros de Antena 3.

El siguiente día y hasta la llegada del resto de compañeros me fui a cumplir con una de las tradiciones, la vuelta al circuito. Algo que hago en muchos circuitos y que en este es un “must do”.

A lo largo del día y al siguiente llegaron el resto de mis compañeros y empezamos las jornadas habituales de trabajo.

Duras jornadas de trabajo que de vez en cuando salpicamos momentos de relax, necesarios. Por ejemplo un desayuno en la Energy Station de Red Bull con nuestros tres cámaras RF.

Capítulo aparte merece la Energy Station de Red Bull.



Como es habitual la gente de Red Bull nos ofrece una fiesta la noche del jueves a toda la prensa acreditada. Y este año no fue menos. Cuando llegabas además de presentar la acreditación te ponían una pulserita que te daba libertad de movimiento


A la fiesta acudía toda la prensa; algunos habían pasado por el hotel y venían cambiados y duchados y otros llegábamos a la misma con la ropa de trabajo del día, pero allí nos encontrábamos todos.

Se iban formando corritos a lo largo de las distintas dependencias del recinto y a medida que la noche avanzaba los grupos iban disgregándose, las conversaciones subían de tono, se cruzaban apuestas e incluso conocías nuevas personas.


Por ejemplo cuando estábamos en la fiesta empezó a correr el rumor que una de las chicas de Red Bull era vasca. Yo pensaba que era un vacile de mis compañeros, pero ante la insistencia recurrí al que más sabe de RedBull, mi antiguo compañero Maiki. Así que se lo consulté a él y me dijo que sí que había una chica que era de Bilbao, y no solo eso sino que inmediatamente la trajo a nuestro corrillo y me la presentó. Nora, responsable de marketing de Red Bull.

Una chica muy simpática que los días posteriores cuando me acerqué por allí nos saludamos y estuvimos charlando. Así que comenté con ella ya somos tres los vascos en la Fórmula 1 y esto no es más que el comienzo, empieza nuestra invasión. ;-)     Primero yo, luego Nora y la última incorporación nuestro cámara Iker.

El resto de días estuvieron más o menos ajetreados y hubo de todo.


Dentro de lo más destacable es la cantidad de peticiones raras que me hicieron. Me tocó conseguir un descapotable para un repor con Carlos Sainz Jr


 Y luego tuve mis minutos de gloria en este GP. Uno de nuestros invitados fue el famosísimo Flavio Briatore y me asignaron el cometido de acordar con su representante la forma que acudiese a nuestro plató para entrevistarle. 

Quedamos en que daba una entrevista a Sky Italia y luego tenía que ir a recogerle para que viniese con nosotros. Así que quedé en recogerle y a pesar de que hubo un pequeño contratiempo con una televisión inglesa que se creyó mas listillos que nadie, a lo que le siguió una acalorada discusión, conseguí recogerle y nos fuimos en un largo trayecto desde el paddok al TVCompound. Recorrido que fue seguido en directo por nuestras cámaras, con lo cual durante todo el trayecto fui protagonista, con lo poco que me gusta a mi eso de salir en la tele.


El siguiente vacile de mis compañeros durante los siguiente días tampoco estuvo mal.
 
Uno de las últimas cosas destacables fue la final de Champions que siempre nos coincide con esta carrera. Esta vez una parte de nuestro equipo la vimos desde nuestra oficina gracias a pequeñas influencias de nuestro Jefe técnico Raul.


 


Y así pasó otro Gran Premio.  Era mi quinta vez en la carrera Monegasca, la tercera trabajando a las que hay que sumarle otras dos que estuve hace años como espectador. Y he de decir que cada vez ha sido muy distinta de la anterior.

La ciudad tiene su glamour pero también tiene una cara que no se muestra que es la de gente que esta tirada en las calles o los trabajadores que hacen una labor silenciosa y que son tan necesarios.


Espero poder volver otro año más y seguir viviendo el lujo que se respira en la ciudad. Da gusto levantarse por la mañana y tener estas vistas desde tu habitación. Es un lujazo.



1 comentario:

Ignigo dijo...

Buen articulo !!!, por cierto, si no recuerdo mal, yo estuve contigo en tu segunda visita como espectador a Monaco (je,je).

Seguiré leyendote y viendo que nuevas aventuras nos cuentas !!!