Nuevo Gran Premio y otra vez de viaje a otro continente, esta vez al americano, destino Montreal – Canadá, aunque con las compañías aéreas nunca sabes dónde vas a aterrizar.
El viaje empezó bien tempranito, saliendo
de Éibar a las 05:30 de la mañana al aeropuerto con destino Paris, al poco
deseado aeropuerto Charles de Gaulle, según varios rankings uno de los peores
del mundo. Y por experiencia propia así lo corroboro. Cada vez que tengo que
pasar por allí se que algo va a ocurrir, sobre todo con los “amables”
franceses.
Aterricé sin mayores contratiempos
y allí debía esperar al resto de mis compañeros que viajaban desde Madrid. Así
que busque un sitio donde tomarme un café y fui atracado con el precio. Un café
con leche malo de narices me costo la friolera de 4€. Un robo a mano armada.
Luego tocaba hacer tiempo hasta
que llegasen el resto y tomásemos el siguiente vuelo a Montreal, que como no se
retraso bastante. Allí estábamos todos los pasajeros esperando a que alguien
nos dijese algo, ya que un vuelo que debía salir a las 14h salió a eso de las
16.30 después de que nos dijesen que se retrasaba por un fallo técnico que
consistía nada menos en que había un agujero por donde perdía combustible. Eso
te tranquiliza un montón y deseas que llegue la hora de embarcar…..
Para pasar el rato estuvimos
viendo el partido de Roland Garros entre Sharapova y una medio eibarresa
Garbine Muguruza. Siempre tiene que haber uno de Éibar dando la nota ;-)
Lo dejamos a falta del tercer set
y con la rusa con un susto tremendo porque el primer set lo había perdido
claramente. Cuando llegué a Montreal me enteré que no pudo ser y la eibarresa
se había quedado fuera.
El vuelo transcurrió más o menos
tranquilo hasta casi el final del mismo. Cuando estábamos a punto de llegar nos
informaron que el aeropuerto de Montreal estaba cerrado por grandes tormentas
eléctricas y que íbamos a dar vueltas a la espera de ver si nos daban pista
para aterrizar o sino ver que hacíamos.
Pasó un rato y nos volvieron a
informar que seguíamos sin permiso para aterrizar, que seguiríamos dando
vueltas unos 20 minutos y luego tomarían la decisión de aterrizar o mandarnos a
Toronto, porque estábamos a punto de quedarnos sin combustible. Es de agradecer
estos comentarios de Air France para tranquilizar al personal, o bien aterrizábamos
en un aeropuerto cerrado al tráfico aéreo o bien nos íbamos a Toronto a más de
600kms porque nos quedábamos sin combustible. No se cual era la peor opción.
Total que pasó un rato y el
comandante decidió que nos íbamos a Toronto y que una vez allí ya verían que
hacían para volver a Montreal. Vamos una autentica alegría. Ya nos veíamos haciendo
los 600kms en autobús. Y cuando estábamos a mitad de camino el comandante nos
vuelve a comunicar que le autorizan a aterrizar en Montreal y da la vuelta (y seguíamos
quedándonos sin combustible…). Cuando llegamos a las inmediaciones del
aeropuerto el piloto se tiró de cabeza a la pista de aterrizaje y mientras descendíamos
casi en picado nuestros tímpanos estaban a punto de reventar. Vamos que dijo
ahora o nunca y de cabeza a aterrizar. Finalmente el aterrizaje se consumó y
conseguimos llegar a Montreal sanos y salvos.
Allí para mí empezó otra de esas
aventuras que solo me pasan a mí. Recogemos el equipaje y vamos a pasar el
control de inmigración habitual. Yo llevaba todos los impresos rellenados y
esperaba que fuese un simple trámite como siempre, pero llegué a la ventanilla,
puse cara de simpático y cuando creía que todo iba bien me dicen que pase a la garita
de inmigración que tienen alguna pregunta para mi…… Sorpresa, que pasaría esta
vez…..
Me meto en inmigración y la
policía de turno coge mi pasaporte lo mira y remira, busca algo entre las
páginas que no encuentra. Todo en silencio y con cara seria, así que pienso que
algo pasa, aunque la verdad es que como ya estoy acostumbrado no me estreso
demasiado. Total que al rato me dice que no era la primera vez que entraba en
el país, a lo que le respondo la verdad, que era la tercera vez. Y me dice,
efectivamente 2010 y 2011 y ahora otra vez. A que has venido? Le respondo que a
la Fórmula 1, lo cual parece cuadrarle. Sigue mirando el ordenador y con total
parsimonia me suelta: Y porque no has venido en los dos últimos años? Mi cara
de sorpresa y le empiezo a contar mi vida de estos últimos años. Me dice que
muy bien, me da el pasaporte y me dice que continúe. No me lo podía creer,
parece que me habían echado en falta estos dos últimos años.
Jajajajaja ya sé un sitio donde
me echan de menos cuando no voy ;-)
Vamos que lo cuentas y no te
creen. Mis compañeros alucinaban con la pregunta y la respuesta mía.
Entre saber si soy espía, a que
me dedico y donde he estado los últimos años, me han hecho todo tipo de
preguntas inverosímiles en los controles de inmigración.
Bueno nuevo trámite solventado,
solo faltaba coger el coche y llegar al hotel con un GPS que no funcionó hasta
que estábamos a escasos kilómetros del destino. Menos mal que gracias a mi memoria
fotográfica conseguí llegar más o menos a donde estaba nuestro hotel.
Al día siguiente no madrugamos
demasiado y nos acercamos a ver el circuito de Montreal, situado en una pequeña
isla donde se encuentra el canal de remo olímpico de los JJOO de Montreal, la
villa olímpica y el casino.
Un lugar curioso y muy bonito
pero que para trabajar es terrible.
En este circuito las distancias
son enormes y siempre estas a expensas de tener que coger un carrito de golf
para desplazarte los primeros días o sino un barco que te lleve del TvCompound
al Commentary Booth y de ahí caminar para cruzar un puente por encima de la
pista, donde al bajar tienes que coger otro boogie que te lleve al paddok. Una
odisea que si todo va bien tardas quince minutos y si va mal puede llevarte
media hora o más.
La verdad es que yo ya lo conocía
y lo tenía asumido, pero alguno de mis nuevos compañeros no le veían nada claro,
aunque al final no les quedó más que acostumbrarse.
El primer día fue una breve toma
de contacto con lo que nos esperaba el resto de días. Y como el equipo técnico
aún no había terminado el montaje nos fuimos a la ciudad a comer y después a
dar un paseo, ver la ciudad y hacer shopping.
Con la diferencia de cambio Euro –
Dólar Canadiense y además teniendo en cuenta que estaban en rebajas los precios
eran muy competitivos. Yo fui a tiro hecho a una tienda que conocía previamente
a comprar varias cositas y mientras deje al resto del equipo gastando como si
no costase. Quien más quien menos algo se llevó. Luego nos volvimos a juntar y
como habíamos comido bastante tarde no teníamos ganas de cenar así que nos
tomamos algo en una de las calles de ambiente de la ciudad y nos retiramos a
dormir porque la noche anterior el jet lag había hecho de las suyas. Además yo
ya empezaba a sufrir los síntomas de un catarrazo que pillé en el avión (de
nuevo gracias Air France por ponernos el congelador). No dejaba de toser.
Esperaba que al día siguiente estuviese mejor. Me tomé un Espidifen y a dormir.
Pero al día siguiente me levanté
incluso peor. La tos cada vez era más fuerte, con todo tipo de líquidos
expulsados por mi cuerpo. Y encima a medida que pasaba el día me iba quedando
sin voz hasta no poder hablar. Como ese día tampoco terminamos muy tarde y
aprovechando que tenía que comprar unos gadgets para nuestro programa me fui a
una farmacia a que me diesen algo. Un jarabe que parecía que hacía efecto pero
que se quedó en un casi porque no conseguí quitarme la tos y mi falta de voz en
toda la semana. Es más a la vuelta a casa he tenido que ir al médico y me han
dado antibióticos porque la cosa estaba fea. Y sobre todo porque en pocos días
salgo de nuevo de viaje.
Luego ya empezó la actividad en
el circuito y todo fue más o menos rutinario, ruedas de prensa, comparecencias
de pilotos, entrenamientos libres, clasificación, carrera, programa post etc
etc.
Y el viernes mientras buscábamos un
lugar donde hacer el programa de después de la carrera, nuestro realizador
sugirió distintas posibilidades. Cuando llegamos de nuevo al TvCompound se
acercó a mí y me dio el reto de esta semana.
Cada semana me pone un reto a
cada cual más complicado. Es como un examen que cada vez es más difícil.
Esta vez ni más ni menos tenía
que conseguir permiso del Casino de Montreal para poder utilizar sus
instalaciones. Una pasarela que estaba cerrada al tránsito de gente y que era
un buen lugar donde hacer el programa.
Así que el sábado a primera hora
de la mañana me puse a investigar cómo conseguir el permiso. Primero acercándome
al casino al servicio de seguridad, de ahí me derivan a atención al cliente,
allí me dicen que es imposible porque no hay nadie en oficinas y hasta el lunes
no se puede hacer nada. Insisto y al final consigo que me den el teléfono de una
persona del departamento de comunicación del Casino.
Es alucinante la enorme cantidad gente
que hay jugando en un casino a las 09:30 de la mañana, he alucinado.
Bueno intento ponerme en contacto
con la persona que me habían dicho y al principio no me da ni señal. Insisto y
me sale el contestador. Luego las líneas están saturadas. Los teléfonos no
funcionan bien (no sé porque hemos tenido problemas con los móviles en Mónaco y
Montreal) así que sigo insistiendo y finalmente a primera hora de la tarde
consigo contactar.
La verdad es que el primer
contacto no sugería nada bueno. Su respuesta fue muy seca y lo primero que me
pidió es que me identificase y luego que a ver que quería. Así que sacas toda
la diplomacia que llevas dentro y le intentas explicar por teléfono quien eres,
como has conseguido el contacto y que es lo que quieres. Como es bien lógico me
pide que le envíe un mail explicándoselo todo muy bien y que ya me dirá algo,
pero que lo ve complicado por ser fin de semana.
Le envío el mail y su primera
contestación es pidiéndome disculpas por las formas y me explica que pensaba
que como era un número extraño era alguien que estaba intentando venderle algo
por teléfono y que por eso no contestaba y que cuando lo hizo fue un poco
tosco. Como le entiendo, yo hubiese sido bastante más borde que él. Pero es de
agradecer que te pidan disculpas por las formas.
Me dice que va a hablar con otros
departamentos y que ya me dirá algo.
Finalmente y cuando yo lo veía
bastante complicado y estaba a punto de poner en marcha el plan B, me dice que
llame a una persona de seguridad y se lo explique de nuevo todo y que si él da
el visto bueno, por parte de comunicación del casino no hay problema. Así que
me pongo en contacto por teléfono con la persona indicada y me pide que nos
veamos para que se lo explique todo bien.
Me acerco al Casino, pregunto por
esta persona y mientras espero me siento observado y analizado al milímetro por
el departamento de seguridad del Casino, que por las formas no creo que sean de
los que admiten una pequeña broma. Finalmente viene la persona en cuestión, se
lo explico de nuevo todo, le llevo al sitio que queremos y sorprendentemente me
da el visto bueno y además me da varias facilidades no esperadas, con lo cual
cumplo el objetivo marcado por Albert. De nuevo puedo ir a donde él con una
sonrisa.
El programa del domingo después de
la carrera estaba solucionado, faltaba un pequeño asunto con un taburete que
otra vez tirando de diplomacia y poniendo cara de buena persona lo conseguí el
domingo por la mañana. Nuevo reto
conseguido.
Para concluir el fin de semana
todo el equipo de Movistar TV dio nuevamente el 110% de sus esfuerzos para que
todo saliese bien. Es de agradecer que los compañeros respondan con su enorme
esfuerzo para que todo funcione; si la gente supiese el trabajo oscuro que
hacen los técnicos, cámaras, ayudantes, periodistas, departamento de realización,
edición etc etc pensarían que estamos todos locos. Pero cuando el trabajo sale
adelante “bendita locura”.
Y así concluyó otra carrera más.
Con la satisfacción del deber cumplido y empezando a pensar en la siguiente.
Austria, destino nuevo este año con lo cual todos partimos de cero y nos tocará
hacer esfuerzos para tener todo a punto a tiempo.
Para finalizar algunas imágenes curiosas
de estos días en Montreal.
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