La parada de esta semana del
circo de la F1 era el glamoroso Mónaco. El Gran Premio por excelencia de la
temporada. El clásico en el calendario de la Fórmula 1, la carrera que todo
piloto quiere ganar y que tiene que ganar si quiere pasar a la historia de esta
competición.
Una carrera especial, muy bonita
para ver pero muy complicada para todos los que tenemos que trabajar allí.
Desde los medios que cubrimos el campeonato, equipos, logística, incomodidades
para los monegascos; es el peaje que hay que pagar para que esta carrera tenga
una audiencia media histórica de 200 millones de espectadores en todo el mundo.
Para mi esta carrera suponía un
examen bastante importante en mi nuevo cometido en el equipo de MovistarTV.
Para empezar recogía mi
acreditación permanente. Ese preciado objeto que dependiendo del color que sea
te da más o menos accesos. En mi caso tengo una de las “pata negra”, con acceso
a multitud de sitios. Me falta alguno, pero nada que no se pueda solucionar con
una solicitud puntual y justificada, aunque con lo que tengo me vale y me
sobra.
Con esto colgando del cuello ya
te puedes empezar a mover por el circuito, en este caso por la ciudad.
Mi llegada a Mónaco fue el domingo
por la noche, ya que durante la mañana del lunes tenia que hacerme cargo de
aparcar nuestro camión-set en el espacio minúsculo que nos habían asignado en
el TVCompound.
El camión llegó un poco mas tarde
de lo previsto y por parte de algún miembro de la FOM hubo algunos nervios, que
se acrecentaron cuando les dije que había sucedido un imprevisto y necesitábamos
hacer algunos cambios, a lo que su respuesta fue “ese es vuestro problema y no
el mío. Yo os asigné un sitio y es lo que hay”. Básicamente tenía razón, pero
un poco de flexibilidad tampoco hubiese estado mal. Así que tuve que apremiar
al conductor a que lo metiese en el hueco que nos habían dejado y luego ya haríamos
magia.
Al citado hueco le faltaban 40 centímetros
de ancho para poder desplegar las petacas y estábamos condenados por unas
casetas ya instaladas y la valla que delimitaba el perímetro del TVCompound y
que nos separaba de la zona de almacenaje y cocinas del paddok club, que es el
servicio de catering para los invitados de lujo de la carrera.
Mover las casetas era inviable y
mover la verja era bastante complicado pero a la vez era la única opción
viable. Así que tocó investigar quien era el responsable y pedir un favor.
Allí había unos trabajadores a
los que les hice un primer sondeo explicándoles cual era el marrón que teníamos. Cuando llevaba ya un rato dando todo
tipo de explicaciones y poniendo cara de buena persona para ver si me podían
mover todas sus cocinas y equipamiento, lo cual era un autentico marronazo para
ellos, aparece otra persona que se pone a escuchar y me dice en castellano;
“menudo marronaco tienes no?”. Esa era la realidad, pero que el no podía hacer
nada más que consultárselo a su jefe. Así que me puso en contacto con su jefe,
un alemán que por lo que me dieron a entender era duro de roer.
Al rato llegó el alemán, le volví
a explicar mi problema y sorprendentemente no me hizo falta insistir.
Me dijo
que me movería la valla los 40 centímetros que necesitaba, pero que
necesitarían un ratito.
Total que vi el cielo y conseguí
el espacio necesario para poder desplegar nuestro estudio.
Al rato pasó el responsable de
FOM a ver como íbamos y cuando vio el camión desplegado me pregunto que como lo
habíamos hecho, a lo que mi respuesta fue una de esas frases celebres de otro
antiguo compañero; “haciendo magias”. Este se empezó a reír y su frase fue la
de “Mónaco es un sitio para hacer magia”. No creo que tenga muy claro cual fue
el truco que usé, pero por lo menos conseguí mi objetivo.
Con la satisfacción del deber
cumplido terminé mi jornada y me fui a cenar con mis antiguos compañeros de
Antena 3.
El siguiente día y hasta la
llegada del resto de compañeros me fui a cumplir con una de las tradiciones, la
vuelta al circuito. Algo que hago en muchos circuitos y que en este es un “must
do”.
A lo largo del día y al siguiente
llegaron el resto de mis compañeros y empezamos las jornadas habituales de
trabajo.
Duras jornadas de trabajo que de
vez en cuando salpicamos momentos de relax, necesarios. Por ejemplo un desayuno
en la Energy Station de Red Bull con nuestros tres cámaras RF.
Capítulo aparte merece la Energy
Station de Red Bull.
Como es habitual la gente de Red
Bull nos ofrece una fiesta la noche del jueves a toda la prensa acreditada. Y
este año no fue menos. Cuando llegabas además de presentar la acreditación te
ponían una pulserita que te daba libertad de movimiento
A la fiesta acudía toda la
prensa; algunos habían pasado por el hotel y venían cambiados y duchados y
otros llegábamos a la misma con la ropa de trabajo del día, pero allí nos
encontrábamos todos.
Se iban formando corritos a lo
largo de las distintas dependencias del recinto y a medida que la noche
avanzaba los grupos iban disgregándose, las conversaciones subían de tono, se
cruzaban apuestas e incluso conocías nuevas personas.
Por ejemplo cuando estábamos en
la fiesta empezó a correr el rumor que una de las chicas de Red Bull era vasca.
Yo pensaba que era un vacile de mis compañeros, pero ante la insistencia
recurrí al que más sabe de RedBull, mi antiguo compañero Maiki. Así que se lo
consulté a él y me dijo que sí que había una chica que era de Bilbao, y no solo
eso sino que inmediatamente la trajo a nuestro corrillo y me la presentó. Nora,
responsable de marketing de Red Bull.
Una chica muy simpática que los
días posteriores cuando me acerqué por allí nos saludamos y estuvimos
charlando. Así que comenté con ella ya somos tres los vascos en la Fórmula 1 y
esto no es más que el comienzo, empieza nuestra invasión. ;-) Primero yo, luego
Nora y la última incorporación nuestro cámara Iker.
El resto de días estuvieron más o
menos ajetreados y hubo de todo.
Dentro de lo más destacable es la
cantidad de peticiones raras que me hicieron. Me tocó conseguir un descapotable
para un repor con Carlos Sainz Jr
Y luego tuve mis minutos de
gloria en este GP. Uno de nuestros invitados fue el famosísimo Flavio Briatore
y me asignaron el cometido de acordar con su representante la forma que
acudiese a nuestro plató para entrevistarle.
Quedamos en que daba una
entrevista a Sky Italia y luego tenía que ir a recogerle para que viniese con
nosotros. Así que quedé en recogerle y a pesar de que hubo un pequeño
contratiempo con una televisión inglesa que se creyó mas listillos que nadie, a
lo que le siguió una acalorada discusión, conseguí recogerle y nos fuimos en un
largo trayecto desde el paddok al TVCompound. Recorrido que fue seguido en
directo por nuestras cámaras, con lo cual durante todo el trayecto fui
protagonista, con lo poco que me gusta a mi eso de salir en la tele.
El siguiente vacile de mis
compañeros durante los siguiente días tampoco estuvo mal.
Uno de las últimas cosas
destacables fue la final de Champions que siempre nos coincide con esta
carrera. Esta vez una parte de nuestro equipo la vimos desde nuestra oficina
gracias a pequeñas influencias de nuestro Jefe técnico Raul.
Y así pasó otro Gran Premio. Era mi quinta vez en la carrera
Monegasca, la tercera trabajando a las que hay que sumarle otras dos que estuve
hace años como espectador. Y he de decir que cada vez ha sido muy distinta de
la anterior.
La ciudad tiene su glamour pero
también tiene una cara que no se muestra que es la de gente que esta tirada en
las calles o los trabajadores que hacen una labor silenciosa y que son tan
necesarios.
Espero poder volver otro año más
y seguir viviendo el lujo que se respira en la ciudad. Da gusto levantarse por
la mañana y tener estas vistas desde tu habitación. Es un lujazo.
1 comentario:
Buen articulo !!!, por cierto, si no recuerdo mal, yo estuve contigo en tu segunda visita como espectador a Monaco (je,je).
Seguiré leyendote y viendo que nuevas aventuras nos cuentas !!!
Publicar un comentario