lunes, 2 de noviembre de 2015

GP MÉXICO 30 OCT – 01 NOV 2015

Este año estrenamos circuito y por primera vez tras veintitrés años la Formula 1 volvía a México. Es bueno que haya nuevas localizaciones y además fuera de la zona asiática que es hacia donde más nos dirigíamos últimamente.
Pero todo tiene su contrapunto y para todos los que trabajamos en este circo estrenar un circuito es un enorme sacrificio. Todas las instalaciones se suelen encontrar sin concluir y nos suele tocar que luchar contra un montón de imprevistos que complican y mucho nuestro trabajo.
Y este no ha sido una excepción.  Ya para comenzar el problema era llegar a las instalaciones desde el hotel. En nuestro caso había una distancia de 15 kilómetros que por la mañana nos costaba una media hora, pero una vez concluida la jornada regresar nos ha llegado a costar hasta dos horas por el caótico tráfico de la ciudad de México. Si yo tuviese que sufrir este tráfico todos los días o bien abandonaba el trabajo o bien abandonaba la ciudad. Aquí todo el mundo lo da por sentado pero creo que sufrir estos atascos te quita años de vida.

Ya en el circuito cuando llegamos y nos encontramos nuestras “caracolas” nos pareció que era una broma que nos estaban gastando. En realidad eran cuatro cubículos de cartón-piedra en los que teníamos que desempeñar nuestro trabajo. Sin ningún tipo de insonorización, estanqueidad, paredes de papel en las que se escuchaba absolutamente todo lo que pasaba en la sala del al lado, con lo cual se colaban todos los sonidos no solo nuestros sino también de los demás broadcasters que se estaban en las instalaciones.
Para más inri justo encima nuestro se encontraban una parte delas instalaciones del paddock club, con lo cual la música de ellos hacia que pareciese que estuviésemos en un garito y no en una zona de trabajo.

Otras fueron un poco más afortunados a priori porque se encontraban fuera de nuestra carpa y tenían “caracolas” de verdad, lo que no esperaban era que tenían junto a ellos los baños del tvcompound, tanto los fijos como los móviles que trajeron. Resultó que al segundo día ya se encontraban atascados y sin agua con lo que el olor era nauseabundo.

La zona de paddock estaba un poco mejor, pero los primeros días veías como estaban poniendo remiendos y parches por todos los lados. También resultaba curioso el mal olor que había en el paddock y que nadie supo saber de donde provenía, yo creo que era abono para las plantas decorativas, pero tampoco lo tengo demasiado claro.

Y en lo que se refiere a la pista, los pilotos decían que rodar sobre ella era como hacerlo sobre un cristal mojado. Parte de los compuestos del asfalto aún supuraban y hacía que el aceite saliese a la superficie y resbalase enormemente. De ahí la cantidad de accidentes y salidas de pista que hubo durante todo el fin de semana.

 Todo más o menos según lo esperado así que lo único que nos queda es armarnos de paciencia e intentar que todo este caos no te supere.

Otro gran inconveniente que afectó a gran parte de nuestro equipo es lo que por aquí denominan el “mal de Moctezuma” que no es otra cosa que el mal de altura. La ciudad de México se encuentra situada a 2300mts sobre el nivel del mar y como me decía un preparador físico de uno de los pilotos a partir de 2100mts ya se considera gran altitud. Vivir a esta altitud puede desencadenar varias alteraciones, desde cefaleas, vértigos, deshidratación, vahídos, diarreas etc etc. A nuestro equipo sobre todo les afectó las diarreas, una mezcla de altitud y de comida en puestos callejeros hicieron que unos cuantos estuviesen tocados toda la semana.
Además de esto nuestra compañera Silvia tuvo un percance en el circuito con las vallas de seguridad y se fracturó un dedo de un pie, con lo cual tuvimos que llevarla al medical center y allí le tuvieron que reducir la fractura y entablillarle el pie, con lo que el resto de días estuvo sentada en su puesto sin poder moverse y con el pie en alto.
Pero el gran susto nos lo dio otro de nuestros compañeros que en plena cena se empezó a encontrar indispuesto y se desmayo. Enseguida aparecieron los servicios médicos del hotel y le trasladaron a su habitación donde no le conseguían subir la tensión con lo que hubo que llamar a una ambulancia para que le estabilizaran. Nos pegó un gran susto que no olvidaremos fácilmente. Todo se quedó en eso, en un susto y al día siguiente ya se incorporó a trabajar contra la voluntad de producción, que hubiésemos querido que se quedase un día descansando en el hotel.

Así que ha sido un gran premio de lo mas entretenido. No hemos tenido demasiado tiempo para aburrirnos, más bien todo lo contrario, todo el equipo hemos terminado bastante agotados y los pocos ratos que hemos tenido hemos aprovechado para descansar. También hemos tenido alguna celebración de cumpleaños de tres integrantes de nuestro equipo y una cena en un restaurante de comida fusión vasco-mexicana, el Biko de Bruno Oteiza quien nos preparó un menú degustación excelente.

En definitiva ha sido un GP distinto a lo habitual, no se si considerarlo mejor o peor, pero lo que nos hemos encontrado ha sido ciertamente diferente a lo habitual.

 Ahora nos vamos unos días a descansar a la Riviera Maya, más concretamente a Playa del Carmen donde el objetivo de los que vamos es descansar y desconectar todo lo posible para afrontar las dos carreras que nos quedan con el máximo de energías posibles que a estas alturas de temporada ya son más bien escasas.

Siguiente parada Sao Paulo, GP de Brasil donde algunos llevaremos un mes fuera de casa y donde creo que notaremos el cansancio.

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