Otro año más llegábamos a la
carrera del glamour, la carrera sin la que se no se entendería el campeonato
del mundo de Fórmula 1. Una carrera para poder disfrutar como espectador bien
en la tele o bien en alguna de las tribunas o aún mejor, alguna de las fiestas
que se montan alrededor del gran premio.
Pero como siempre digo, para los
que nos toca trabajar esta carrera tiene de todo menos glamour y muchísimo
sufrimiento. Hay muy poco espacio, mucha gente, infraestructuras más bien justitas,
este año además varias obras y un largo etcétera de inconvenientes que no voy a
relatar.
Ya la dificultad primera llego
con mi viaje, un gran madrugón y una ruta un tanto extraña que conseguí llegar
gracias a un retraso en mi vuelo de enlace, sino hubiese tenido que hacer unas
cuantas horas.
Al llegar a Niza cogí el coche de
alquiler y fui al hotel, en un trayecto cortito de distancia pero que me costó
casi hora y media gracias a que llevaba navegador y en vez de guiarme, me llevó
de turismo por las calles de Niza.
Al menos al llegar al hotel la cosa mejoró un poco porque conociendo la
zona el hotel de este año era más que digno. Un hotel pequeñito sin grandes
lujos pero que para lo que nosotros utilizamos los hoteles la verdad es que
estaba bastante bien y además bien comunicado con el circuito, en una media
hora podíamos llegar.
Una vez realizado el habitual
protocolo me dirigí a Mónaco, había quedado con la gente del set después de
comer. Venían de Le Mans y tenían un largo recorrido así que habían calculado
que después de comer llegarían.
Mientras tanto ya había realizado
las gestiones oportunas para poder aparcarlo en un sitio que como siempre aquí,
escaseaba y en el que más que aparcarlo había que encajarlo.
Con lo que no contaba era con que
se iban a demorar mucho más de lo previsto y nuestro studio llegó con más de
cinco horas de retraso con el consiguiente cabreo de todas las partes
implicadas en la logística. Me cayeron unas cuantas broncas por no cumplir lo
establecido, y una vez que llegaron me tocó convencer que nos dejasen entrar en
el TvCompound ya que no quedaba más que una persona y justo en ese momento se
iba, así que me tocó rogarle que nos dejase instalarnos.
Fue como una operación
quirúrgica, con todo medido al milímetro. Finalmente conseguimos montarlo
aunque para ello tuvimos que pedir algún favor a la gente de Canal+ FR que
tuvieron que desmontar parte de su UM para poder desplegar la nuestra.
El resultado final es este. Todo
encajonado y con precisión milimétrica.
Como es habitual en Europa, el
resto de gente llegó al día siguiente. Les esperé en el hotel para luego
dirigirnos todos juntos al circuito, donde comimos en otro de los clásicos
monegascos el “sport and stars bar” un sitio que es casi parada obligatoria un día
de circuito y al que había que llevar a los nuevos.
Luego toda la parafernalia
habitual, con la excepcionalidad que aún era martes ya que en Mónaco al no
haber actividad de Formula 1 los viernes, se adelantan las cosas un día. Día
que al final de la semana se nota y pesa un poquito.
Y el resto de semana la verdad es
que fue bastante habitual, no hubo cosas excesivamente extrañas. El miércoles
tuvimos visitas a nuestro plató de varios pilotos de la Porsche Supercup y la
GP2, otro día nos volvió a visitar Gerhard Berger, Carlos Sainz etc etc.
También tuvimos que buscar
localizaciones para alguna entrevista en la energy station de Red Bull, donde
un día teníamos un sitio reservado, pero resultó que al día siguiente se nos
adelantaron y tuvimos que tirar un poco de improvisación.
Semana sin excesivos sobresaltos
para nuestros espectadores, que por los comentarios de twitter disfrutaron de
nuestros programas.
Programas que requieren de un
enorme esfuerzo humano tanto desplazados a los circuitos como la gente que se
queda trabajando en Madrid. Una enorme cantidad de gente que no se ve como
trabajan, pero que sin el esfuerzo de todos no sería posible. Todos tenemos que
remar en la misma dirección para que el resultado sea el adecuado, en caso
contrario las dificultades aumentan. Pero gracias al esfuerzo de este
grandísimo equipo humano conseguimos que se vea “la F1 como nunca antes la
habías visto”
Finalmente superamos todos los
obstáculos que nos fuimos encontrando por el camino y volvimos a salir
victoriosos.
Ya solo tocaba volver a casa, que
parecía cosa sencilla pero que no fue así.
Una parte del equipo volábamos el
lunes por la tarde cada uno a nuestro destino. Como ya en ocasiones anteriores
sabíamos que los vuelos de vuelta suelen estar completos hicimos el check in
previo para asegurarnos nuestro asiento y que solo fuese llegar al aeropuerto y
dejar la maleta.
Todo parecía ir bien hasta que
empezaron los problemas. Del grupo de Madrid consiguieron facturar todos
excepto Dani, nuestro grafista. No sabemos porque de todo el grupo fue al único
al que dejaron en lista de espera por overbooking, así que nos toco volver a
pelear con la compañía aérea para tratar de encontrar una solución. Después de
llevar una semana fuera trabajando lo que menos te apetece es quedarte tirado
un día mas. Hubo más casos de overbooking de compañeros de otras teles. Al
final nosotros conseguimos reubicarle en otro vuelo que salía un poco más
tarde. No tuvieron tanta suerte otros compañeros que se quedaron tirados en Niza
y quien perdió su conexión a otro continente.
Pero para mi lo peor aún estaba
por llegar. Mi vuelo acumulaba cincuenta minutos de retraso, y mi tiempo de
transito entre vuelos era de poco mas de una hora así que veía como mis
posibilidades de quedarme tirado en el enlace aumentaban a pasos enormes.
Cuando monté en el avión se lo
comenté a una tripulante de cabina, diciéndole que como iba muy pillado podían
hacer que alguien me esperase en la pasarela y me llevase corriendo a mi
siguiente vuelo. Parecía que lo había entendido y que iba a hacer algo al
respecto, pero el vuelo avanzaba y no daba señales de vida, así que cerquita de
destino le pregunte sobre mi situación a la sobrecargo del vuelo, a lo que me
respondió que no sabía de que le estaba hablando. Empezaba a cabrearme, se lo
conté a ella de nuevo y me dijo que vería que se podía hacer pero que ya era
demasiado tarde, a lo que le respondí que yo ya había avisado nada mas
embarcar. Pasó un rato y me dijo que cuando aterrizase habría alguien de personal
de tierra esperándome para decirme que hacer. Mis esperanzas de coger el vuelo
volvían a subir.
Aterrizamos y salí corriendo y
cuando vi a alguien que preguntaba por el pasajero con destino Bilbao me
identifique. Fue entonces cuando me dijo que esperase que mi vuelo ya había
salido (faltaban aún quince minutos para despegar según el horario previsto) y
que vería que solución buscábamos. Ahí fue cuando ya me empecé a cabrear. Me llevaron al mostrador de tránsitos
donde no me dieron ninguna solución ni tan siquiera lo intentaron. Se limitaron
a seguir el protocolo y decirme que me ponían un hotel y que al día siguiente
buscarían una solución. Fue ahí cuando ya explote y le dije que quería una
solución inmediata, que yo ya les había propuesto soluciones pero que no habían
hecho nada al respecto. Les dije que quería hablar con un supervisor, a lo que
me contesta que iba a tardar un poco. Cuando ya había pasado una hora fue
cuando empecé a actuar en modo broncas. Le pedí identificarse, lo que no quiso
hacer y entonces fue cuando le devolví su voucher y le dije que iba a buscar
otra solución yo por mi cuenta y que tendrían noticias mías.
Cuando ya estaba saliendo
misteriosamente apareció una chica que me preguntó si me podía ayudar. Le dije
si ella era la supervisora porque quería poner una queja formal y me dijo que
no, pero que le explicase que estaba sucediendo. Me vio notablemente cabreado y
después de aguantar mi retahíla me dijo que esperase un momento que iba a
intentar darme una solución satisfactoria. Lo que ya no tenía vuelta atrás era
hacer noche en Lisboa. Pero lo que no quería era ir a la mañana siguiente al
aeropuerto y empezar a buscar una solución de cómo salir de allí. En ese
intervalo apareció otro tío, grande como un armario, para ver que me pasaba se
lo volví a explicar haciéndole notar mi malestar y que pese a su envergadura no
me iba a callar. Le dije a ver si era el supervisor y como me dijo que no, le
dije que no tenia nada más que hablar con él. Volvió a aparecer la chica de
antes y ya venía con un papelito con mi salida de Portugal para el día
siguiente. Le dije que no era la mejor solución pero que la aceptaba haciéndole
saber que si me hubiesen hecho caso desde el principio no hubiésemos tenido
estos problemas. La pobre chica tuvo que aguantarme pese a que ella no tenía la
culpa y encima era la única que me había dado una solución. Como en la mayoría
de los casos suelen pagar justos por pecadores, le hice saber que gracias a la
incompetencia de su compañero ella se había tenido que comer ese marrón. Parece
que lo encajó bien y al menos no perdió la sonrisa en ningún momento y me
escuchó. Supongo que una vez que me fui diría que con semejante borde le había
tocado tratar.
Total que todo se demoró en
exceso, me tocó recoger mi maleta porque volaba con otra compañía, al principio
ningún taxi me quería llevar, en el hotel no eran precisamente los más
espabilados los que pillé en el turno de noche, mi cena consistió en un
sándwich de pan duro.
Total que cuando mi esperanza
estaba en llegar a casa el lunes por la noche, finalmente y gracias al
despropósito de la TAP portuguesa llegué a mi casa el martes por la tarde
después de recorrer 4.000kms para llegar de Niza a Eibar.
Últimamente he escuchado por el
paddock la frase de “ a ver cuando volvemos a salir de Europa porque todo es
más sencillo” y creo que me he unido a esa afirmación. Pese a estar mas lejos
todo resulta más sencillo (entre comillas esto claro). Y como estás más lejos
parece que te cuesta volver mas a casa y los viajes son más pesados, pero en
vista de los últimos acontecimientos casi he de decir que tardo menos en volver
de Canadá o de Bahrain que desde
cualquier ciudad europea.
Ahora unos días de descanso en
casa y a coger fuerzas para el siguiente destino, Montreal donde hay variedad
de sensaciones, una ciudad extraordinaria con un circuito repleto de
dificultades, pero como ya sabemos a lo que nos enfrentamos es cuestión de ir
bien cargado de paciencia. Además tengo la intuición de que algo bueno va a
pasar….
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